Una ausencia fuera de los límites de la vida, eso es el inconsciente. Dar muerte y simultáneamente dar vida, por eso que pocos se animan a casi nada frente a él.
Entre mis veinte años y mis cincuenta años hay una sola diferencia: A los veinte años amaba a dos mujeres y hablaba todo el tiempo de todas las mujeres, ahora me aman más de mil mujeres, más de mil hombres y yo no digo nada, ésa es la diferencia.
Nadie es capaz de cabalgar a todo galope sin parar nunca y cada vez más rápido. sin embargo, ella necesita un jinete que cabalgue sin metas, sin llegadas, por cabalgar, por amor al contacto con el aire, un hombre capaz de gozar, todo el tiempo, hasta morir.
Las mujeres, casi todas, lo dicen: Hay personas que envían ondas y hay personas que no envían nada. Las dos son personas, pero ellas siempre se acuerdan de las que envían ondas. Y el estado contrata a las que no envían nada.
Un hombre solitario no es un hombre. Pero un hombre que construye semejante soledad, semejante fortaleza de palabras unas contra otras, no es un hombre solitario.