Es la propia familia del loco la que retira al paciente del tratamiento, aduciendo que los cambios que el psicoanálisis requiere en la familia entera, para que el paciente se cure, son demasiados cambios y que prefieren internar al enfermo y, con algunas pastillas para los nervios, seguir tirando y dejar a la familia tranquila.
A veces, llego a conclusiones donde parece que la vida comienza hoy y no quiero detenerme aquí, pero me da miedo, tengo miedo de que la grandeza me separe de mí.
Toda mujer ha de tener su nombre propio en varios productos de su trabajo y, si no, no será, exactamente, una mujer. Si, además, le sobra algún dinero de lo que gana con su trabajo puede, también, dejar de ser una mujer cuando se le ocurra.
Me pongo a comer y me lo como todo, me pongo a cantar y soy esa catarata terráquea de luz expandiéndose a todo el universo. Y, cuando hago el amor, ¡ah! cuando hago el amor... alcanzo en la plenitud de mi ceguera, de lo animal su signo, cifra o decir. Después, sin inmutarme, sigo mi camino como si todo fuese natural en mí, animal.