Llegué a España huyendo de mí mismo. Huyendo de una vida que después no pude contener en mi cuerpo. Y cuando llegué me dije: ésta será mi vida, ésta mi patria, después fue todo mucho más difícil. Al principio era lindo caminar por las calles. Libre, me sentía libre como un pájaro y en aquellos primeros días, hasta llegué a sentir que esta tierra, era la tierra de mis abuelos, y qué bien se vivía, cuando la historia podía comenzar, todos los días, hoy. Después la calle se fue poblando de fantasmas, se fue poblando de recuerdos. Se dejaron de escuchar algunas guitarras para escucharse las protestas. Habían matado a un estudiante. A un policía, a un militar, a un militante, a una vieja, a un niño. Habían matado. La calle se pobló de inconmensurables murmullos de desaprobación, comenzó a ser imposible caminar por la calle. En poco tiempo se habían vuelto todos locos, habían pasado demasiado rápido de la marihuana, a la heroína, demasiado rápido de la vida, a la muerte. Huyendo de la calle, como antes había huido de mi país, llegué hasta aquí, una habitación redonda (como antaño eran mis relaciones, ya les contaré alguna vez) en un segundo piso, a la calle, en un barrio del norte.
lunes, 2 de febrero de 2009
INTENTO AUTOBIOGRÁFICO NÚMERO TREINTA Y NUEVE
Etiquetas:
"intentos autobiográficos",
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¡Qué forma de historizar! "llegué a España huyendo de mí mismo,huyendo de una vida que después no pude contener en mi cuerpo" y "huyendo de la calle..." ¿dos tiempos diferentes de la escritura?
ResponderEliminarSaludos, viejo feliz,