martes, 30 de diciembre de 2008

INTENTO NÚMERO VEINTIDOS

Mirarla a los ojos no me costaba ningún trabajo, ya que ella era la que se encargaba todo el tiempo de mis ojos abiertos, de mirarme a los ojos. En caso que yo me aburriera de sus ojos (cosa por otro lado bastante improbable ya que sus ojos eran hermosos) o bien si algo o alguien pudiera llamarme la atención, más que sus ojos, yo podría en ambos casos, cerrar los ojos y entretenerme un tiempo con mis fantasías, que a partir de este momento sólo serían el recuerdo de sus ojos. Por momentos se me aparecía claro, que la marihuana esta vez me estaba haciendo un efecto desastroso. Ella hablaba en un idioma que yo no entendía y que sin embargo, entendía. O bien creía entender, y que por creer entender, lo que realmente nadie me dijo, había quedado condenado a vivir de una manera particular. Pendiente de una luz. La luz de sus ojos.
Enciendo otro cigarrillo, verifico si todas las puertas y las ventanas de la casa están, adecuadamente, cerradas y fumo y busco en esa inmensidad un punto fijo, algo conocido que pusiera fin a semejante viaje.

lunes, 29 de diciembre de 2008

INTENTO NÚMERO VEINTIUNO

Me soñé de vil y también me soñé de profeta. Me vi fabricando una bomba atómica con mi propio semen, una bomba de neutrones con mi propia orina, y lo digo de verdad, también con los perfumes de mi propia mierda, fabriqué una bomba. Esa noche, me soñé poderoso. Y a la mañana siguiente me desperté otra vez más como todos los días sin saber qué había sido sueño y qué realidad.
El lugar era otro al de la noche anterior, espero, me dije no haber matado a nadie más esta noche. Esta vez el lugar tampoco era mi casa, sino más bien un lugar “demasiado” confortable para mi imaginación, esplendorosos sillones y lámparas de amianto, y sedas y grandes cajas llenas de marihuana y trozos de hachís en pequeños cofrecitos de plata, y luces y esta vez, esto creo recordarlo perfectamente, una mujer hermosa, pero rara, toda la belleza la tenía en los ojos.
Sus ojos eran verdaderamente hermosos, ojos que ya nunca podría dejar de mirar. Y sin embargo, en lugar de abalanzarme sobre ella, me senté, esta vez tranquilamente en uno de los cómodos sillones, y comencé a liar, tratando de no ponerme nervioso, tratando de demostrarle a esa imbécil, toda su hermosura, en mis manos. Lo hice a la perfección, cuando terminé de liar, di dos o tres pitadas y le convidé a la desconocida, que todavía sin decir palabra, se acercó a mí, hasta poner su cuerpo blandamente a unos 20 centímetros de mi pierna derecha, y tratando de que yo no desviara la mirada, me dijo: -Kropocha y yo, rápidamente como si esa palabra hubiese significado algo para mí: -Usted es la hija de puta que mató a las tres viejas y a los dos policías.
Y me quedé tranquilo y seguí fumando, porque fumar marihuana siempre me hacía bien y tratando de seducir a esa mujer, desvié la mirada y volví a desmayarme. No sabré nunca cuánto tiempo estuve sin conocimiento, o bien, de qué mecanismos se valió ella, primero para desmayarme (ya que podría pensar que no había sido un desmayo común, porque yo en mi cuerpo, o en lo que sea de mí, no sentí ninguna señal del desmayo, sino más bien que el desmayo ocurrió sin previo aviso) y segundo cómo era posible que yo volviera otra vez en mí.
Mi cuerpo había caído del sillón, o bien ella me había bajado al piso. Recostado sobre la mullida alfombra y descansando mi cabeza sobre un almohadón de plumas, más que muerto tranquilo, más que desmayado, relajado. El paraíso me parecía poco para expresar ese estado. Ella volvió al ataque: -Kropocha Linkuspia. Y yo creí entender perfectamente que ella me decía, tus ojos en mis ojos, aquí en mis ojos donde reside mi belleza, reside tu vida. Y cuando todavía el recuerdo de tus dioses tire de ti hacia la muerte, puedes vivir aún, cerrando tus ojos.
(Así como yo entendía sus gruñidos todo era demasiado simple y casi perfecto, quiero decir todo era demasiado loco).
Estaba claro que ella entendía más de mí, que lo que decía.

domingo, 28 de diciembre de 2008

INTENTO NUMERO VEINTE

Los nuevos ruidos me sacaron de mis ensoñaciones. Los otros reclusos y los guardias y las enfermeras, y el director y la policía entera, corría y gritaba alrededor de la enfermera muerta y nadie se explicaba quién la había golpeado. De golpe todos dejaron de mirar el cuerpo muerto de la enfermera para mirarme a mí y uno de los reclusos, dijo en voz alta que yo era el último en haber estado cerca de la enfermera, un hombre corpulento se acercó a mí y tuve miedo, éste me mata pensé, pero no, el tipo se paró al lado mío y me apretó un poco los músculos del brazo derecho y de la pierna izquierda, movió la cabeza de un lado para otro, y como si no pudiera creer lo que decía: -Éste no mató a nadie, o mejor dicho agregó enseguida, de dónde sacará fuerza este canijo para matar a alguien. Y se fue caminando unos pasos muy despacio y luego se volvió y en su cara había algo como la alegría de algún descubrimiento y pegó unos saltitos y se fue acercando a mí, me dio un beso en la frente y le dijo al resto, pero si es casi un niño y se volvió a mover no sé cómo y, sin querer, me tocó la polla, y cayó muerto.
Recordé en ese momento los versos de un poeta latinoamericano "mi vida es un herial, flor que toco se deshoja". Volví a pensar en los extraterrestres y aceleradamente volví a abandonar dicho pensamiento por absurdo. La última muerte por haberse verificado delante de tanta gente mostraba claramente por lo menos que yo no era responsable directo de dichos actos.
Este pensamiento me llevaba otra vez en una circularidad casi perfecta, a pensar que entre yo y los muertos había una fuerza que no era mía ni era de los muertos. Una fuerza que sin ser sentida por mí, en mí, mataba a otros desde mis genitales (hasta ahora con el contacto directo), y entonces me di cuenta que lo que me pasaba no eran las vicisitudes de un niño de diez años peleado con su madre, sino más bien, que yo era víctima de un plan, de una mente superior, por lo menos superior a la mente del hombre actual y me desmayé.

sábado, 27 de diciembre de 2008

INTENTO NÚMERO DIECINUEVE

A lo mejor el psiquiatra, fuera una muchacha perfumada y violenta, deseosa de tener un encuentro con el niño asesino. Yo en realidad era un estúpido, a quién explicarle que todo había ocurrido sin mi intervención. Hasta llegué a pensar que sería cosa de los extraterrestres y, enseguida, rechacé la idea por absurda.
El lugar donde me tenían encerrado era un lugar de lo más raro, parecía una casa, grande, más bien aireada con pequeños jazmines de todos los colores, bordeando todo el camino, entre la casa y una especie de precipicio hacia la nada. Masturbarse era difícil, no había ninguna puerta que pudiera ser cerrada por dentro y cada diez minutos inexorablemente, te encontrabas mirado por un guardia o cosa parecida, una especie de enfermera, a veces, que siempre te preguntaba si te pasaba algo. Habían pasado ya tres días y tres noches y no había tenido ningún contacto sexual, ni con hombre, ni con mujer, ni con ninguna otra cosa.
Si no estaba loco, estos hijos de puta, terminarán volviéndome loco. Tengo que escapar. Lo intentaré esta noche.
A las nueve y diez de la noche, la enfermera, o el guardián, nunca terminaba de saber quién me miraba, me pregunto si estaba nervioso. Pensé (siempre en voz baja, para mí) que ella se había dado cuenta que yo quería escapar. A punto de preferir callar y el medio giro de su mirada para seguir la recorrida, estallé en un llanto incomprensible y me abalancé sobre la enfermera y mordí sus labios y le puse inmediatamente la mano en el coño. La tuve inmovilizada por este mecanismo casi quince minutos con lo cual había desviado por esa noche definitivamente el ritmo del encierrro. La enfermera mientras se bajaba la falda y se arreglaba un poco las tetas, me miró por última vez profundamente en los ojos y me dijo antes de irse: -Eres un monstruo. Unos pasos más adelante caía golpeada brutalmente por una fuerza invisible. Me di cuenta inmediatamente que por este mismo mecanismo debían haber muerto las tres viejas. Yo era un monstruo, en verdad, lo digo de verdad en ese momento sentí que debía ser ejecutado. Que un niño con semejante poder en los genitales, mejor que muriera, o que por lo menos lo mantuvieran encerrado.
Decidí no escaparme y si el psiquiatra que me vendría a ver al día siguiente era inteligente, le contaría por fin, toda la verdad.

viernes, 26 de diciembre de 2008

INTENTO NUMERO DIECIOCHO

Vinieron de todas partes del mundo a ver al monstruo.
Yo no entendía nada.
No me podía imaginar con la fuerza suficiente como para matar a esas tres viejas de mierda.
Mi madre mientras tanto hacía declaraciones en los diarios, mi hijo no es un asesino, es un loco, que intervenga el psiquiatra, que no juzgue la ley, gritaba por las calles, mi hijo es inocente y si mató, debe haber sido en defensa propia.
A mí, decía, nunca me había levantado la mano.
Es un mosquita muerta, no puede ser un asesino.
Yo que no podía entender nada, me dije, mejor no hablar, por ahora, y comencé a hacerme el esquizofrénico.
Pasaban los días y nadie conseguía arrancarme una sola palabra, ni siquiera mi padre, bajo amenazas, donde si no me condenaban a muerte, él me mataría por idiota, por mudo, por estúpido, por hijo de puta. yo, mientras tanto, trataba de recordar aceleradamente sin poder, la noche que por mi gran imaginación y las palabras que pronunciaban los policías, comencé a llamar: la noche del crimen misterioso.
Crimen que, hasta ese momento, si yo no conseguía demostrar lo contrario, según todas las opiniones, menos la mía, yo había cometido.
El encanto, el burdo encanto de la soledad.
El último policía me dijo que ya vendría a verme el psiquiatra, que siguiera jodiendo nomás, con eso de quedarme callado, que al final me enchufarían en la máquina eléctrica para los locos.
La electricidad había sido el invento del hombre que no terminaba de entender.
A veces me imagino, tener un montón de cables en las manos, enchufado al mundo, y así comenzaría a girar el motor que está parado en mí.

martes, 23 de diciembre de 2008

INTENTO NUMERO DIECISIETE

A los diez años en mi barrio,
cuando uno se iba de su casa
era para no volver.

Sin saber, caminé hasta María,
que ya no estaba sola,
su hermana -la piojosa- y Josefina la paralítica,
conversaban con ella alegremente,
como si ese día, nada hubiese pasado.

Al verme llegar,
María,
le pegó una patada a una pequeña rata,
que ahora, dolorida aullaba mi dolor,
y le dijo de costado a sus acompañantes,
esta noche habrá fiesta,
el niño es un delirio.
María, centolla marina, pidió
que untaran su cuerpo con grasa de cerdo,
-podrida- para que su cuerpo,
fuera el cuerpo de una princesa entre mis brazos.

Yo más bien estaba triste, y dije:
cuerpos y olores del horror
y rieron las tres,
estúpidas, superficiales,
y me parecieron en ese momento de la risa,
tres princesas y en medio de esa ensoñación,
unté mi cuerpo con esa grasa negra,
y nuestros cuerpos eran resbaladizos, y así,
podían escaparse de la luz de la luna.

Bajaron a Josefina de la silla de ruedas,
y nos tiramos sobre la tierra,
entre los pedazos de comida y quedamos,
unidos para siempre.
Cada movimiento un nuevo vicio,
cada vicio un secreto mortal.
A mí, como en la casa del abuelo,
todo me parecía bien.

Mis pies,
sexos de la noche,
poderosa imaginación,
explorador incalificable,
todos los orificios,
toda la crueldad.
Y me dormí
tranquilamente entre los brazos de María.

Me desperté al compás,
de agudas sirenas enloquecidas,
y feroces miradas de policías armados.
El Horror, fue infinito:
Las tres princesas,
divinas pordioseras de mi amor en la noche,
estaban muertas.
Despedazadas a mi lado,
y mi flamante cuerpo nuevo, estaba ensangrentado,
y así,
me llevaron a la cárcel,
y creyeron que yo,
era el asesino.

Mi primer noche fuera de casa, fue fatal.

lunes, 22 de diciembre de 2008

INTENTO NUMERO DIECISEIS

EL NIÑO POETA ENTONTECIDO POR EL HAMBRE, DE REGRESO A SU CASA, ROBA PARA COMER

No quise ver cómo el tranvía te había despedazado.

Te recordaba hermosa,
con una palidez de virgen somnolienta.
Y dormí una noche entre los muertos,
y fue apacible noche,
y los vientos y los sonidos nocturnos,
tan natural la noche en los cementerios.

A la mañana siguiente no te vi pasar.
Lloré otra vez más por haberme equivocado,
besé un poco de tierra por las dudas,
y volví a casa.

En el camino a casa
caminé noches y días.
Y todo era lejano.

Y robar no era difícil para un niño,
iba jugando por la calle y al mismo tiempo
robaba y nadie notaba la diferencia.
Robé
sólo para saciar de mis necesidades, su dolor.
Un litro de leche.
Dos barras de chocolate,
un jazmín,
para oler adecuadamente cuando me encontrara con ella
un lápiz y un cuaderno,
para dibujar el recorrido por las noches.
Y antes de llegar follé con María,
la vieja pordiosera,
juntadora de inolvidables basuras,
y pedidora sublime de limosnas,
y le robé unas monedas.
Llegar con un poco de dinero a casa,
me dije,
aliviará la pena.

Ella tampoco esta vez me dejó hablar,
rotunda en su delirio,
descargaba sus golpes con furia.
Claro contenido sexual, había en esos golpes.
Gritos inconcebibles, donde yo era,
un salvaje degenerado engañador, y que ya,
no tenía remedio.
Cuando terminó su crisis,
le grité,
que había estado trabajando,
y tomando las monedas que le robé a María,
se las tiré en la cara,
y no la vi más.

sábado, 20 de diciembre de 2008

EL HOMBRE QUE BUSCABA NO EXISTE NI SIQUIERA EN MÍ

La historia de hoy empieza que estoy en un café, esperando tranquilamente que alguna novedad altere mi ser.
Ella como un viento rojo sobre la mañana pone sus cabellos entre mis dientes y ama de mí, mi espera silenciosa.
Nuestro tiempo siempre transcurre fuera de nuestro tiempo. Ella, esta mañana, tiene la garganta enrojecida de tanto clamar venganza. De tanto gritar amor o muerte; amor o muerte. Y cae, por así decirlo, entre mis brazos, pide un té caliente y se desploma para decir que una semana de espera es mucho tiempo para nuestra locura.
Terminé de tomar tranquilamente mi café y escupí su rostro y le grité que era una verdadera estúpida.
Calló, lloró de rabia y entre los aplausos de los camareros me chupó la polla.
Buenos días, le dije, con una mirada extraviada, ella se sentó a mi lado y me confesó no poder más. Tengo miedo y frío y nadie me quiere. Vengo, señor, por una limosna. Sólo ambiciono un poco de vida. Nunca fui feliz, siempre tuve que aparentar, viví siempre con gente y viví siempre sola. Amé desesperadamente a un hombre toda mi vida y nunca amé a nadie. Vengo, porque no puedo más. No ve que tengo los dientes apretados. Toque mis pechos. No ve que tengo mis pechos como dos palomas a punto de volar. Apriete mis pezones sin asco. Escuche cómo ululan las lobas marinas. Huela los olores que mi sexo despide para usted. Ame mi vientre, deme un hijo suyo. Ponga entre mis tripas silenciosas, un destino.

COMO SE LA PASA ESTE MENASSA

INTENTO NUMERO CATORCE

uN VIENTO DE LOCURA ATRAVESO MI MENTE Y CASI ROMPO LA BELLEZA.
Me vi metido en el follón que generaron los chicos del grupo cero y me divertí como nunca, enterarse a las cuatro de la tarde y a la noche del mismo día tener montado un video de 10 minutos, a mí me gustaría tener esa velocidad, aunque a mi edad los médicos aconsejan aminorar el movimiento continúo. De cualquier manera me gustaría pasármela como se la pasa M.O.M

viernes, 19 de diciembre de 2008

LA ACADEMIA DEL CINE. ¿ERROR O INJUSTICIA?

Mi manera de contestar a sus calurosos comentarios es esta: hoy me siento en el deber moral de prestarles un espacio en el blog a mis amigos del Grupo Cero, porque como ellos dicen, se ha cometido una injusticia, y uno si quiere seguir siendo un viejo feliz, no tiene más remedio que reconocer la realidad, y señalar las injusticias como tales. El pedido de apoyo de la joven Alejandra Menassa, me ha hecho pensar que el video realizado por el Grupo Cero y todas las cartas escritas que me han sido enviadas, deben permanecer en este blog el tiempo necesario para que sean vistas por el mayor número de personas posible.

Video: La Academia ¿error o injusticia?







MI ÚNICA FAMILIA una película de MIGUEL OSCAR MENASSA. Por Cruz González.
Me hago eco de un mail que recibí en mi correo electrónico y que me incumbe personalmente ya que, además de participar en la película como actriz, soy una de las socias de la productora que se ve abrumada por el poder político y económico de las instituciones del cine.

En un momento donde caen bombas que estallan en los brazos de cualquiera que pasea por la calle, si tiene la mala suerte de haber nacido en uno de esos países donde se desarrolla una de las guerras que actualmente están en activo en el mundo, es una suerte vivir en un país donde los tiros y las bombas (al menos por el momento) son por escrito.

De lo que se trata en todos los casos es de decir la próxima palabra, escribir, escribir, no dejar de escribir, aunque el desaliento, aunque las bombas, aunque la voz no nos llegue a la garganta, escribir.

"30 de octubre de 1976, Madrid.
He decidido dejarme crecer la barba, crecerá.
Se tiene que saber: todo crecimiento depende de una decisión. "
Del libro SALTO MORTAL de Miguel Oscar Menassa

No sólo es que las grandes instituciones culturales, periodísticas, políticas.... quieran hacer desaparecer lo que nace diferente sino que pretenden hacernos creer que no existe lo que nació hace años y que no les pertenece y, por lo tanto, encontrará sus caminos de difusión e instalación entre la población mundial porque su distribución no depende de los grandes medios de difusión sino de la poesía, del cine, de ciencia, etc.

Adjunto el mail recibido y un poema de Germán Pardo García, escrito el siglo pasado, que habla de lo que está pasando hoy, un siglo después.

"PRIMERO LOS CRÍTICOS, DESPUÉS LA DISTRIBUIDORA Y AHORA LA ACADEMIA DE CINE
LA ACADEMIA DE CINE LE LLAMA ERROR ADMINISTRATIVO A UNA INJUSTICIA

“El negocio del cine es macabro, grotesco: es una mezcla de partido de fútbol y burdel.”
Federico Fellini.

“En este negocio, la gente olvida que hacer cine es un arte”.
Tim Burton.

“El negocio del espectáculo es un negocio, si no se llamaría el espectáculo del espectáculo.”
Woody Allen.

A pesar de haber sido ampliamente advertidos por los grandes, algunos seguimos empeñados en encontrarle el lado bueno a ese asunto con cine. Empeñados en esquivar la omnipresencia unidireccional (el beneficio es siempre para los mismos) de la palabra “negocio”, en hallar el más mínimo resquicio por donde colarnos a lo que de “arte” quede en el cine. Y empeñados, también, en sentido económico y literal, ya que las ayudas o subvenciones del estado están, si no pactadas, al menos “orientadas” de antemano.
Y así nos va, cada día descubriendo nuevos y feroces monstruos en lo que, hasta ahora, creíamos simples molinos de viento. El último ha sido un “pequeño” fallo administrativo por parte de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas Españolas.
Después de haber conseguido, no sin dificultades, formar parte de la lista de películas que competirán este año por los Goya, con Mi Única Familia, fuimos excluidos de un plumazo por esta Institución, que directamente ignoró, perdió o censuró nuestra solicitud para recibir las direcciones de los académicos y enviarles el film antes de su votación (es un derecho de toda productora que presente película a los premios).
Es de lógica que, si no conocen una película, no pueden votarla, con lo cual fuimos excluidos radicalmente de la competición. Y no es que confiáramos en ganar, confiábamos en tener las mismas oportunidades que los demás. Pero, claro, como ya nos habían advertido, esto es incompatible con el negocio.
Carmen Salamanca
Directora de Producción






La murga de los críticos de cine. Por Kepa Ríos


(Escrito a raíz del "fallo administrativo" que dejó a la pelicula "Mi Única Familia", de Miguel Oscar Menassa, fuera de la competición de los Premios Goya.)

Nosotros, la academia,
queremos seguir siendo
eternos mantenidos
del pobre ministerio.

Queremos una parte
del pastel industrial
del cine americano
y con eso nos callamos.

A cambio prometemos,
que no habra creadores
nos cargaremos todo
lo que intente ser distinto.

A cambio prometemos
que en España no habra cine
a todos aburrirán
nuestras pelis favoritas.

A cambio prometemos
no molestar a nadie,
ni a la televisión
ni al cine americano.

La gente es sus casitas
está mucho más guapa
y no viendo peliculas
del jodío Menassa,

que hace un cine distinto
que nosotros no podemos
ni comprender si quiera
entonces se acabó:

Que nadie lo vea,
a ver si encima nos gana
que nadie lo vea,
porque no nos da la gana.

Con uno de nuestros fallos
lo mandamos a la mierda
luego pedimos disculpas
y se acabó la historieta.

etc. etc.

Si alguien quiere seguir que ponga comentarios.


Carta de Alejandra Menassa de Lucia

Queridos Amigos, entré no hace mucho a la Comunidad de El Pais, pero nunca me había sentido tan bien recibida en ningún sitio (bueno sí, era la primera hija del matrimonio de mis padres, y ellos me esperaban con ansiedad, pero después de aquello, nunca más), y es por eso que me animo a hablaros así, porque cada mañana siento que alguien me espera en algún lugar de la red, porque comentario a comentario, se va produciendo entre nosotros una conversación, una amistad.

Sé que sois defensores a ultranza de las causas justas, y es por eso que quiero denunciar una injusticia, para ello tengo que contaros primero una pequeña historia, seré breve:

Éramos unos 35, amábamos el cine, fundamos una productora: Cinenormal.

Con mucho esfuerzo, y los créditos personales de los 35, hicimos nuestra primera película ¿Infidelidad? Se estrenó en el cine Luchana en Madrid, en Barcelona y en 5 ciudades de Argentina, entre ellas Buenos Aires y recibió un premio al mejor Director de la Internacional Writers and Artist Association, otro en California (Accolade competition) y otro en Italia de la Academia Ferdinandea al mejor largometraje ¡Oh milagro!, era increíble ver a nuestro hijo dar sus primeros pasos.

Tuvimos después la osadía de hacer la segunda: Mi única Familia. Nos arruinamos, pero no importa, las deudas se van pagando con trabajo. Queríamos decir algo, llevar al cine una mujer que goza, una mujer deseante, feliz, y un hombre que no la maltrata, que le perdona su infidelidad, aun cuando ella se ha quedado embarazada de su mejor amigo, que la ama por encima de todas las cosas y accede a cuidar de ese hijo cuando su padre biológico lo rechaza. Es decir, algo inmoral para el cine actual, donde la infidelidad de la mujer es castigada con la muerte en la mayoría de las películas y la doble moral sexual (permisiva con la infidelidad del hombre e intolerante con la de la mujer) es lo que prima.

Nuestra segunda película: Mi única Familia, fue estrenada en el cine Luchana y presentada a los Premios Goya. La Academia la proyectó en el Cine Doré con gran asistencia de público.

Y hasta aquí todo era goce para nosotros, a pesar de las deudas, a pesar de la ineficacia de nuestra distribuidora (Pirámide), a pesar de las críticas.

El día 13 de Octubre (así figura en burofax enviado a la Academia) se mandó la solicitud para que nos fueran enviadas las 1300 direcciones de los académicos que habían de ver la película antes de votar, no nos fueron enviadas. Preocupados por la tardanza, llamamos a la Academia y nos dijeron: “Pero ustedes no han enviado la solicitud, y ya es tarde, porque la votación ya ha sido realizada”. Palabras del Sr. Cuadros (o quizás debería decir Cuadrado).

Después de recibir esta respuesta, se le envió al Sr. Cuadra el burofax con una copia del mail enviado el 13 de Oct, y a nuestro humilde fichero de 5000 personas, una carta denunciando la situación. El resultado fue que el Sr. Cuacua “tuvo una gran descomposición intestinal” porque varias personas de la profesión, alertadas por nuestra carta, lo llamaron preguntándole qué había pasado, y nos llamó diciendo que era cierto, que había encontrado el mail, pero que “la secretaria” (que bien podríamos llamar “la que se come los marrones”) había olvidado mandarnos la lista, y que si nos disculpábamos, nos mandaba la lista, para que al menos los académicos pudieran ver nuestra película, aunque ya no sirviera para nada. Además añadió que nos podía denunciar por injuria porque no era cierto que nos hubieran excluido, porque estábamos en la lista. ¿Y de qué nos sirve estar en sus listas si los académicos no han visto la película? Pregunto yo, ingenua de mí.

A ver si entiendo, porque me he quedado perpleja. Es decir, ellos “pierden” nuestro mail, y con ello nosotros perdemos la oportunidad de participar en los premios Goya, pero somos nosotros los que debemos disculparnos, ellos cometen una injusticia sin precedentes, según palabras el propio director (“Esto no me había pasado nunca antes”), y son ellos los que nos van a denunciar. Miren, el mundo al revés era una canción de Maria Elena Walsh. Ah¡ Se me olvidaba, al ratito nos llamó para decir que no nos enviaba la lista. Sr director, aunque se llame Acade-mia ¡La Academia no es suya, usted no es más que un simple funcionario!

Más tarde, una periodista de la agencia EFE le llamaba al despacho y él declaraba que era cierto que se habían “olvidado” de mandarnos las listas, que nuestro mail existía, cosa que antes del burofax negaba, declarando que éramos nosotros los que no le habíamos enviado la solicitud. Hasta aquí ha sido el relato pacífico de los hechos tal cual han sucedido, ahora voy a exponerles mi parecer, tengan en cuenta que soy una de las actrices de la película, el médico del rodaje y además modesta productora endeudada.

¿Han leído el arte de insultar de Schopenhauer, o las lindezas de Lichtenberg contra todo aquello que se hacía merecedor de ellas, o la rudeza de Almafuerte contra toda injusticia, o la ironía y el sarcasmo del genial Wilde?, pues yo sí, y espero haber aprendido algo de ellos, porque decía Freud que es un grado de civilización abandonar el golpe en pos del insulto, más simbólico. Y como mujer apasionada que soy en este momento tengo ganas de golpear, pero como soy escritora además de mujer, opto por el insulto. Ya está bien que hayan practicado con nosotros la poedicatio (es decir que “nos hayan dado por el culo” en latín del fino), pero encima ¡que no nos dejen ni gritar…¡ Me imagino vestida de amazona, con el seno derecho cortado para apoyar mi arco y el izquierdo al descubierto, mi dorada cabellera suelta al viento de la tarde, entrando en el despacho del Sr. Caballo y con una flecha con la punta incendiada en una llama ardiente y roja, disparar directamente a su sexo muerto (digo esto porque sólo los impotentes son tan cobardes, como para después de llamar su secretaria para decirnos que no nos enviaba las listas, negarse a contestar todas nuestras llamadas). Con el pantalón incendiado, dando saltos y alaridos de dolor, e intentando inútilmente vaciar el depósito del agua para agostar el fuego, yo, esbelta, hermosa, desde el esplendor de mi belleza (es mi fantasía ¿no?) lo miraría encaramada en lo alto de mi deslumbrante yegua alazana y le diría: “total, si no te servía para nada”… ¡Ay!, ¡que a gusto me he quedado!, ¡que cosa tan genial la escritura! Escribir tiene el encanto de no hacer, pero igual algo vamos a hacer, y como ellos ya han desplegado su ejército de abogados, señores: la guerra ha comenzado. Retumban los tambores…

FELICES, FELICES FIESTAS (MENOS PARA LA REAL ACADE-MIA DEL CINE y especialmente al Sr. ¿Cuadros? ¿Cuadrado? ¿Cuadra? ….)

Alejandra Menassa

miércoles, 17 de diciembre de 2008

INTENTO NUMERO TRECE

Si sigo siendo el viejo feliz es porque tengo unos huevos de plomo. Una nueva injusticia se ha cometido contra mis amigos artistas. Esta vez el delito contra el cine de mis amigos del grupo cero lo cometió la academia de cine.
Para darle ánimo a mis amigos hoy mismo he escrito:
Todo el mundo nos acoseja , humildad y adaptación, no se qué vida nos quieren hacer vivir estos hijos de puta en nuestra ancianidad. Se por otra parte que algunos de nosotros, en desolados días como el de hoy, han pensado que hubiese sido mejor morir. Esto no volverá a ocurrir jamás.
En nuestra última reunión de hace unas horas hemos decidido seguir viviendo aunque nos sigan dando de comer mierda.
Seguir adelante vivos y fuertes no es ninguna obligación es un derecho de la vejez. Y, ahora, sigo con mis intentos esperando que muchos se hagan eco contra las injusticias.

HUIDO DE SU HOGAR EL NIÑO POETA RECUERDA A SUS PADRES

Tu canto era el canto de las sirenas y mucho más.
Mi cuerpo era poco para tu amor,
para tu amor de bestia encadenada,
mi temblor era poco,
mis palabras, mis pobres conclusiones,
tu mal era incurable.

Él me decía
ella es como los niños
juega un rato con ella.

Voraz como los niños, me decía
nunca es feliz, siempre quiere más.
Un cuerpo que no sabe lo que quiere siempre quiere más.
Como me pasa a mí, le contesté,
como me pasa a mí, y salí corriendo,
y seguí gritando hasta la esquina,
le pasa como me pasa a mí,
y estuve contento todo el día y por la noche,
hice los deberes con alegría y recé un padrenuestro.
Y despues, me hice una paja y enseguida,
me quedé dormido.
Entre sueños vi nacer una flor.
Todo era tierra y soledad,
camelia ensangrentada,
caíste exactamente, en medio de las vías.
Mis esfuerzos eran insuficientes
y mis lágrimas se mezclaban con tu sangre
y el empedrado brillaba como nunca.
Cuando escuché el ruido del tranvía
volví a pensar que estabas loca,
y me escapé volando
y volé por encima de árboles y techos,
y me paré en la puerta del cementerio a esperar,
que, a la mañana siguiente, te enterraran.

martes, 16 de diciembre de 2008

INTENTO NUMERO DOCE

Antes del intento haré un pequeño comentario de la diferencia existente entre casi 900 entradas y solamente 17 seguidores. Vamos, todos juntos que ganamos.
Intento número doce.
Sirenas, escucho como si sonaran sirenas.
Mujeres y mares, una combinación casi perfecta si no fuera porque los olores del mar, me recuerdan la muerte.
Cerca de la palabra mar nació mi padre. A mi madre, cuando él vivía le gustaba llamarse Angela del Mar, y se dejaba quemar por el sol, como si cada verano fuese el último encuentro. Y de esa manera le quedaba el mar grabado en el cuerpo todo el año, y él caía a su lado por las noches, muerto, y renacía cada vez en el contacto con su piel marina, en el recuerdo de aquella otra piel. Su madre, frente al mar.
Cuando me escapé por primera vez de la casa de mis padres, fui al mar. Y rebuznaba como un burro cuando el sol salía a la mañana y me tendía sobre la arena dispuesto a soportar cualquier incomodidad, cualquier molestia, con tal de que mi cuerpo tomara los colores del mar, y al volver, él me confundiera con ella y me amara.
Después cuando una mujer se sentó al lado mío, tuve que esperar llevarla al mar, para decirle que la amaba. Llegué a pensar, en esa especie de delirio sensitivo con todo lo marino, lo celeste, lo azul, que el mar tenía capacidades antirreumáticas. Cuando no supe qué hacer con tanta libertad, la tiré al mar. Después até el mar a un verso y hundí el mar. Ese día estuve triste como nunca. Sin mar, la vida había perdido sus sentidos. Sin padre y sin madre, todo sería más difícil, yo había nacido y nada de mar, yo era un hombre de ciudad. El mar, una palabra.

lunes, 15 de diciembre de 2008

INTENTO NUMERO 11

ANTES DE COMENZAR QUIERO AGRADECER A LOS 17 SEGUIDORES QUE CON SUS COMENTARIOS ME IMPULSARAN A LO MAS ALTO A LO MAS PROFUNDO DEL SER
Intento número once

Todo era verde y frescor las primaveras. Mueren a mi alrededor plantas y animales y hombres y pálidos murmullos.
Dejo de latir, para encontrarme con tu perfume alado.
Niño y pez, nado sin rumbo
para morir y nacer entre tus nalgas vaporosas,
movimientos de algas sobre un mar espeso y atormentado
y desesperado te miraba a los ojos
y recortaba del aire tu sonrisa
y me la pegaba a los labios.
Ave de luz, espejismo donde se desvanecen todas las miradas.

Tráquea fulgurante, vino desmedido para mis pequeñas entrañas.
Recorro la casa como un animalito tocado en pleno vientre,
me retuerzo, pienso que es el fin.
Salgo a la calle y busco, entre las personas
algún signo de vida.
Miro al cielo, miro la tierra, no estoy en ningún lado.
Busco desesperadamente entre tus piernas, toco fondo.

domingo, 14 de diciembre de 2008

INTENTO NUMERO DIEZ

.../...

Si usted quiere un niño solitario,
pensando que el mundo de los mayores,
raro, espectacular, dramático,
más bien estúpido y superficial,
no era el mundo adecuado para un niño.
Y tener cinco años, no eran suficientes,
para canjearlos por la libertad, y entonces,
rompía piedras,
de rabia y de dolor,
en el cordón de la vereda,
y cada nuevo trozo de piedra,
era un ejército que se extendía y se multiplicaba,
y tomábamos el poder y decretábamos la libertad.

Llegar siempre me resultaba maravilloso.

La muerte de mi abuelo,
y que Carmen la amiga de mi tía Sara,
sorbiera mi cuerpo en el zaguán, contra la sombra de la higuera,
todo me hacía bien.
Que el caballo de mi tío José
comiera con nosotros, y que mi madre,
se rascara el culo delante de todos,
eructar era salud,
y tirarse pedos más salud todavía.
Emborracharse,
tocar las tetas de las mujeres,
o comerse un higo directamente de la higuera,
todo estaba bien.
Y entre tanta miseria, una ceremonia:
baliar el tango.
Mi madre con todos,
Yo con mi madre.
Su cintura de plata, me decían los hombres,
su cuerpo de mimbre y yo,
me ponía contento, y ella,
quebraba su vida entre mis brazos,
y los aplausos me envolvían, y era entonces,
cuando el mundo se detenía en esa cintura, y así,
tanta locura,
clavada en el centro de mi corazón entre los aplausos.

sábado, 13 de diciembre de 2008

INTENTO NUMERO NUEVE BIS-BIS

...Comíamos en la cocina y en la cocina hacíamos nuestra vida y, también, las porquerías de la tarde y largas conversaciones nocturnas y se encendían un cigarrillo o dos y una tarde en la cocina mi padre les pegó a mis hermanas y yo esa tarde juré matarlo y lo maté.
Abro la alcantarilla de mi corazón para volcar los últimos desperdicios. Que nada quede en pie, que nada quede en pie, que todo vuele por lo aires, que no se deje de manchar ningún nombre, que todo arda.
Enanos mis enanos, el hombre puede más.
Cuando recuerdo aquella infancia desolada bostezo o hago el amor con las paredes.
En mis manos, pequeños trozos de piedra en el cordón de la vereda. Vi pasar el agua podrida entre mis pies descalzos y fui feliz, y recorría el agua con mis dedos y entre las olas, capitán en medio de las borrascas, barco enclavado en el medio del mundo, con el agua hasta el cuello, con la mierda hasta el cuello, fui feliz. ...

viernes, 12 de diciembre de 2008

INTENTONUMERO NUEVE BIS

El niño ya poeta huye del hogar y peueño y feo como era no fui tan lejos.
Todo era noche y soledad lejos de sus brazos amables. Locas locas amantes de la libertad.
Recuerdo tu cuello en los labios de aquel desconocido. Y me porté como un varón, no dije nada a nadie, fui tranquilamente al baño y me hice una puñeta.
Colosal, arbitraria, una puñeta mágica, sin revistas, sin fotos, sin mi cuerpo, sólo tu rostro y a instantes, como una bocanada de viento huracanado contra mi cuerpo, tu cuello en sus labios.
La alegría ese día fue para todos y para todos hubo magnifica libertad. A papá lo engañamos y luego nos sentamos a comer tranquilamente. ...

INTENTO NUMERO NUEVE

Hoy estuve trabajando todo el día. Pero al volver a las 22 horas del viernes, la gran sorpresa, resulta que ahora tengo 11 seguidores, mujeres y hombres, pero parece que ninguno de ellos sabe escribir, bueno a decir verdad yo tampoco pero algo me animo, con el tiempo lo haré mejor, me digo y eso me da fuerzas para seguir.
Mi vida comenzó a desviarse toda para el amor cuando a los seis años tuve mi primera relación sexual completa. A partir de ese momento comencé a sentirme un hombre maduro, grande quiero decir con conciencia, con cierto saber acerca de la vida, las mujeres. Enseguida me dí cuenta que a las mujseres a pesar de hacer el amor y pasarse todo el día en eso, eso no les terminaba de gustar. Preferían ser amadas, desde ese, mi primer amor, todas las mujeres querían ser mis amigas, todas querían hacer negocios a mi lado y fue, precisamente, por eso que comenzamos a delinquir juntos, la mujer y yo, yo y la mujer, siempre nos presentábamos así.
A los 10 años ya era un hombre temido y siempre a mi lado cuidándome las espaldas, los laterales y el frente, llegaban a reunirse hasta 15 mujeres...

jueves, 11 de diciembre de 2008

INTENTO NÚMERO OCHO



QUERIDA, QUERIDA:

Un hombre muerto, también, es un hombre viviendo con miedo.

Por eso, precisamente, amor mío, declaro la libertad, y habito sin ningún decoro la ropa de los soldados muertos.

Esos soldados, hechos a la tierra sangre de tantos como uno, tierra de uno, esa tierra de los soldados muertos por la libertad. Patria de mí, tierra arrasada, cielo vuelto carmín, carmín de muerte. De baile, carmín de baile, pero hasta morir.

Y ella se dejaba arrastrar todo lo que podía y yo la besaba y ella besaba los labios muertos de los soldados en la guerra y uno que otro muerto se relajaba y moría en paz y alguno se abrazaba con furia a tus labios y tu sangre fresca, margarita que nunca deja de caer, rociaba el porvenir de próximos encuentros y la bestia, sin estar saciada ni agradecida, dejaba de latir, moría, por ahora, para poder vivir en el futuro.

La fui separando del resto y contra la pared del fondo, donde la enredadera creía que trepaba, le tapé con una mano la boca para que no gritara de sorpresa y le dije, tranquilamente, que la amaba y ella se dejó caer, boca de nadie, muerta de la guerra, en un verso de dolor y atravesó mi miedo para siempre.

INTENTO NUMERO SIETE

A las 24 horas de haber abierto mis brazos al mundo debo reconocer haber recuperado mi felicidad, a sólo 24 horas ya son tres las mujseres que me siguen. Ya se que para muchos esto que me pasa seria todo un éxito pero yo lo considero una limosna. así que me dedicaré las próxima 24 horas a producir seguidores y, la verdad no me molesta casi nada que algunos sean hombres.
Pero hsata que eso no ocurra y por ahora, un saludo tierno, amoroso, delicado a mis tres primeras seguidoras.

SEXTO INTENTO

GOETHE SE ME APARECIÓ EN SUEÑOS Y ME DIJO:

"Muchos se muestran orgullosos de lo que saben y presuntuosos con lo que ignoran."
No hay nada peor que una ignorancia activa.
Lo más terrible es ver hombres triviales e ineptos asociarse a gente ilusa.

- Goethe: Tú eres un caballo blanco.
- El viejo féliz: Pero alrededor mío hay muchos caballos grises.
- Goethe (sonriendo): No importa, muchacho, cien caballos grises no hacen un solo caballo blanco.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

INTENTO NUMERO CINCO, ALGO ME DUELE

Me costó bastante pero al final conseguí lo que buscaba en la red, como le llaman mis nietos, unas pocas páginas (alrededor de 70.000) que de alguna manera hablan de mi, de mis cosas, me halagan, me critican, me idolatran, me insultan, muestran mi poesía, la poesía de mis compañeros, mis cuadros, mis películas, mencionan algunos de mis amores, me atribuyen discipulos, amores, hijos, amantes clandestinas, pero debo decir la verdad: sólo una no me gustó, me resultó inconcebible y maravilloso a la vez, que a mi edad me reprochen:
1- El gran tamaño de mi pene o gran pija marinera o telescopio indagador de las más recónditas interioridades femeninas que, en realidad, en mi barrio y para mí era un tamaño normal.
2-Me preguntan qué ha sido de las amantes que al no poder soportar el goce que experimentaban al lado de mi poesía y que ahora vagan por el mundo semidoloridas y bastante envejecidas en lugar de preguntarle a ellas, que no lo entiendo, culpándome después de 30 años de ese dolor actual.
3- Cuando tenía 20 años y publiqué mi primer libro de poesía "P_H_" hasta el poeta que escribió la solapa del libro, dudaba de que yo fuera poeta o de que pudiera llegar a serlo. Mas bien se me consideraba ególotra y mujeriego-pero 50 años después, cuando el tamaño de mi obra es mucho más grande que mi pene y no cabe por más vaselina que le pongamos al asunto en las 2001 vaginas que durmieron a mi lado casi sin darse cuenta, que después de 50 años, digo, para algunas mujeres, para algunos hombres siga siendo más importante 15 centímetros de carne arrugada, aunque debo reconocer que no siempre, que un colgajo de apenas 15 centimetros les resulte más importante que 40 libros publicados entre otras cositas, me resulta increíble, que quieren que les diga. Pero a la vez me parece delictivo que algunos críticos se hagan eco de esas voces lastimeras ya sin destino.
4-Nadie me preguntó nunca, por lo menos hasta ahora, por los que se quedaron a mi lado como mujeres, como hombres, como amantes, como discipulos, como hijos, como compañeros, y que a mi lado se enriquecieron, se hicieron cultos, escribieron, pintaron, bailaron, publicaron, hicieron y siguen haciendo ciencia, politica, medicina, negocios, cine , teatro, tuvieron hijos, los cuidaron, les brindaron la universidad, los hicieron trabajadores.
Sin embargo algunos descerebrados, hombres y mujeres, me preguntan por los que no pudieron ni gozar ni estudiar ni siquisera escribir y se fueron de mi lado. Me preguntan por los discipulos, que sin llegar a serlo del todo, me abandonaron, sin escuchar las enseñanzas, sin haber aprendido casi nada a mi lado.
Pero es que todavía creen que se puede influir sobre la vida o el destino de las personas. Si serán imbéciles estos semidioses ignorantes y sin ningún poder, que creen que un hombre puede tener tanto poder.
5- Y lo peor de todo y ya hoy me voy a dormir tranquilo, es que me sigan mandando a la Argentina, cuando hace más de 30 años que pago los impuestos en España, que soy español desde 1982, que tengo hijos nacidos en España, esas personas me parecen un poco racistas, poco
civilizados, enormemente ignorantes, rencorosos y sobre todo enfermos por envidia, que se vayan a la mierda. Así sea, que por algo he renunciado a ser ateo

intento numero 4

Las cinco de la tarde y nada, Estoy recorriendo los lugares donde se habla de los grandes hombres y no pude encontrarme en ninguno. Una voz interior me decía todo el tiempo, pero macho tu no eres un hombre grande y tampoco eres famoso.
Bueno no es para tanto le dije a la voz interior, muchas, muchas mujeres han amado mi cuerpo y mi manera de escribir y muchos muchos hombres han envidiado bastante el tamaño de mi pene y un poco mi propia inteligencia.
Es verdad me dijo la voz interior, entoces cómo puedes explicar no figurar en las listas de los grandes hombres y el rechazo que demuestran por tus cosas la cultura, los medios de difusiòn, la crítica especializada.
Eso se explica facilmente pero primero quiero aclarme una duda ¿tú eres una voz propia o eres una voz ajena?
Estoy dentro de ti mismo cómo iría a ser una voz ajena o preguntas cualquier cosa con tal de escaparte y dar una respuesta que aclaré en algo tu soledad actual.
Mi soledad actual se debe simplemente a que he prestado para que se entretuvieran mi pene en erección a mujeres de hombres cultos, periodistas, críticos en general y dos o tres jueces, pero tú, voz aunque mia ajena a mí para qué preguntas, para que yo diga toda la verdad, vamos, vamos, contesta, voz traicionera, apática , bulímica, acaso tu tambien quieres condenarme, eres una puta una voz vendida al oro inexistente de los bancos actuales....
Bueno si te pones así me callo para siempre y te pudrirás antes de que alguien pueda amarte.

INTENTO C

Estoy un poco nervioso, como me pasa siempre las primeras veces. Hoy abrí mis puertas al mundo y ya entré yo solito tres veces, pido ayuda para no quedarme solo y viejo en estos momentos felices de mi vida.
No me negué a nadie y, sin embargo, no me terminaron de hacer lo peor.

intento autobiografico B

Hacer el amor, siempre, con la misma persona, es un hecho inculto e incivilizado

INTENTOS AUTOBIOGRÁFICOS A

Primer intento:
Nací en un barrio, Parque Patricios; crecí sin grandes contradicciones. Un hombre es un hombre; una mujer es una mujer.
Segundo intento:
Entre sueños veía monedas de oro y un enanito encantador tocando una corneta.
Tercer intento:
Tomaba mi sopa todos los días y rompía baldosas sin cesar en el cordón de la vereda, después vinieron los tiempos de la ronda y mariquita no me toqués, que te rompo la jeta.
Cuarto intento:
Se llamaba Beba, bebita corazón de limón, yo tenía diez años, ella ocho. Beba, bebita corazón de limón, vení, no seas sonza, vamos a buscar el látigo debajo de la cama. Hoy podría hasta no reconocerla.
Quinto intento:
Los miércoles era el día de los funerales, es decir el día de más propinas en la capilla de San Miguel; los muertos vivos, rezaban por sus muertos muertos, y ponían la guitita en la alcancía especialmente preparada.
Sexto intento:
Mi madre nació en Pompeya, cerca de una iglesia; mi padre nació en Tiro, cerca del mar, de ahí mi solemnidad. Mi madre solía contarme historias de amor.
Séptimo intento:
Yo era pulcro y me lavaba todos los días el corazón. Después vinieron los veranos violentos; y lo que pasa es que vos no te lo permitís, y a vos que te parece, y una corbata es una corbata.
Octavo intento:
Fui vendedor ambulante, feriante, estudiante de medicina, caminador, caminador incansable, actor de teatro, psicoanalista fuera de la ley, carpintero, enamorador de viejas adineradas, en mis años juveniles, en mis violentos años juveniles. Digamos que todos estos oficios, fueron delicados, como el agua de rosas, digamos por ejemplo que me gustaría tener un caballo de carreras, como en mi infancia me hubiese gustado tener una bicicleta, un tren eléctrico y un cachorro de leopardo.Digamos por último que me gustaría ser cantarte de ópera, y lanzarles gritos de amor, desgarradores grititos de amor a las jovencitas de los primeros palcos.