domingo, 14 de diciembre de 2008

INTENTO NUMERO DIEZ

.../...

Si usted quiere un niño solitario,
pensando que el mundo de los mayores,
raro, espectacular, dramático,
más bien estúpido y superficial,
no era el mundo adecuado para un niño.
Y tener cinco años, no eran suficientes,
para canjearlos por la libertad, y entonces,
rompía piedras,
de rabia y de dolor,
en el cordón de la vereda,
y cada nuevo trozo de piedra,
era un ejército que se extendía y se multiplicaba,
y tomábamos el poder y decretábamos la libertad.

Llegar siempre me resultaba maravilloso.

La muerte de mi abuelo,
y que Carmen la amiga de mi tía Sara,
sorbiera mi cuerpo en el zaguán, contra la sombra de la higuera,
todo me hacía bien.
Que el caballo de mi tío José
comiera con nosotros, y que mi madre,
se rascara el culo delante de todos,
eructar era salud,
y tirarse pedos más salud todavía.
Emborracharse,
tocar las tetas de las mujeres,
o comerse un higo directamente de la higuera,
todo estaba bien.
Y entre tanta miseria, una ceremonia:
baliar el tango.
Mi madre con todos,
Yo con mi madre.
Su cintura de plata, me decían los hombres,
su cuerpo de mimbre y yo,
me ponía contento, y ella,
quebraba su vida entre mis brazos,
y los aplausos me envolvían, y era entonces,
cuando el mundo se detenía en esa cintura, y así,
tanta locura,
clavada en el centro de mi corazón entre los aplausos.

10 comentarios:

  1. Querido poeta, querido viejo feliz, querido, querido...
    ¡Cómo me gustaría poder escribir de mi infancia con esa libertad! Esos retratos de luz, escritos, claro está,iluminan el futuro donde también está la vejez. Muchas gracias por compartir con nosotros ese paraíso encontrado.
    Fuertes besos, sin respeto.
    Clémence

    ResponderEliminar
  2. Querido viejo feliz: Lo primero que sentí es que me hubiera gustado tener una infancia como la que usted describe, esa calidez, pero enseguida me doy cuenta de que, leerlo es también vivirlo.
    Muchas gracias

    ResponderEliminar
  3. Después de leer el décimo intento y sus comentarios me surge una pregunta respecto a la escritura y la vida del que escribe. ¿Escribe lo que pasó, en realidad, o es, por que lo escribe que le pasó? Un saludo viejo feliz.

    ResponderEliminar
  4. querida Clémence,no hay paraisos perdidos que se encuentran, hay hombres enloquecidos que generan paraisos que de cualquier manera aunque no se hayan encontrado se pueden compartir. Yo también te doy las gracias tener a quien dirigirse es maravilloso

    ResponderEliminar
  5. Querida Carmen:El pasado no existe así que de vivir, bien podríamos vivir el presente. Quiero confesarle que al ser un viejo pero feliz la vejez no se me nota demasiado

    ResponderEliminar
  6. Querida y joven amiga,a mi modesto entender, la vida solo sirve para ser vivida, en cuanto a la escritura recuerdo una frase que pienso obsequiarle: Las cosas ys están hechas ahora deben ser escritas para que sean otras cosas

    ResponderEliminar
  7. Hola viejo feliz, después de leer su blog y sus comentarios, yo también quiero ser su amigo. Y permitamé decirle que usted tiene más de genio que de viejo. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Querido viejo feliz:Siempre es una alegría combinar estas 3 palabras y saber que otras palabras suyas seguirán. Cada una de sus frases es un antídoto contra la guerra de los sexos -que dice temer a veces- y la estupidez.Leyéndole siento que más que envejecer estamos aprendiendo a vivir y eso ¡es tan grato aunque incluya la muerte! Gracias por saber compartir y enseñar a cada paso.Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Querido Leandro, te agradezco que quieras ser mi amigo, tu eres el cantante de Indios Grises (grupo poético musical)y recomiendo tus canciones al resto de mis amigos.

    ResponderEliminar
  10. No es que yo quiera incluir la muerte en nuestro alegre vivir, la muerte está incluída desde que nacemos. Se trata entonces y es lo que yo pretendo aceptar esa condición humana de una vez para siempre y el resto de la vida usarlo para vivir y gozar la vida.

    ResponderEliminar